Barca (1)
¿Cómo se llama la ciudad en la que vivo? Yo tenía una imagen más o menos clara de ello pero resulta que no. Resulta que el torrente de visitantes que recibe periodicamente le ha cambiado el nombre. Ahora vivo en Barca.
Y no, no vivo en
Barca, Libia ni en
Barqa, una ciudad abandonada tras la creación de Israel, ni vivo en
Barka, Arabia Saudí... vivo en Barcelona, Catalunya, Spain.
Ahora resulta que el equipo de futbol ha usurpado el nombre de la ciudad, y los teclados sin la ce con cedilla han hecho el resto. Así, ahora hay varias barcelonas. La de toda la vida y la de cuchufleta, la del alcohol barato para los guiris. Ejemplos:
Sonar is great, but barca itself during sonar, or at anytime is great too.
go in to any bar, always get a frosty beer for about €2, watch in amazment as they free poor very generous mesures of spirits, & listen to the most amazing djs/act mostly for free.Y un tal Stefan también lo tiene claro:
.. Moi et Max on va surement venir a Barca en aout, on se vera surement labas A+Vamos, que tiene delito. Es francés y tiene ç!!!!
Otro, un tal Fredo, vuelve a hablar de la birra (con una debilidad injustificable por la stella...):
ne pas boire de biere espagnole! je reviens de 2semaine a barca et la biere ... meme la kro est meilleure. enfin bon une bonne stella ou une kro bien fraiche c'est sympa. :DAsí que ya lo sabéis, Barca es la ciudad de la cerveza barata, de los vuelos basura y de la fiesta! fiesta! Que no me busquen allí...
Labels: Barca, Barcelona
Negación
Creo que aquellos que tenemos padres nacidos en los años 30 o 40 sabemos lo que es la negación. El trauma de la guerra civil en esa generación es enorme, quizá debido al hecho de que lo tuvieron que vivir durante la infancia, cuando las cosas impresionan más. Digo esto porque creo que la generación anterior, la de aquellos que lucharon o padecieron las consecuencias lo asimilaron de manera diferente. Por ejemplo, cuando yo hablaba con mi abuela sobre la guerra ella lo explicaba como una aventura, las cosas que habían hecho, lo mal que lo habian pasado, pero siempre con optimismo.
Sin embargo, con los de la generación de mis padres nunca he podido hablar. La guerra no es una aventura sino un trauma. Han conocido las consecuencias (represalias, cuando no prision, trabajos forzados o la muerte para sus padres, hambre) e incluso vergüenza, miedo y culpa de aquellos que perdieron, porque no debemos olvidar que hubieron vencedores y vencidos, y hubo lugares en los cuales los hijos de los vencidos tuvieron que llevar una pesada carga a cuestas.
No es de extrañar que esa generación no quiera nunca hablar sobre la guerra, porque no pudieron nunca hacerlo en libertad. Para ellos actividad política equivalía a prisión y la guerra era un mal terrible, una herida que habia que olvidar, ante la imposibilidad de cerrarla. Había que creer en que la paz de Franco ya era buena, que por terrible que fuera la dictadura por lo menos todo estaba en su sitio, habia unas reglas y, si las cumplías, podías tener una cierta tranquilidad.
Entre las reglas estaba la de no implicarse en política. Esto hace que la idea de que un hijo se metiera en política era lo peor que podia sucederle a unos padres traumatizados. En mi caso personal, mi padre se llevó un disgusto terrible cuando me hice delegado de clase. Para el era algo que llevaba, directamente, a la actividad política. Todavía recuerdo la bronca que me echó y el disgusto que se llevó cuando le dije que me había hecho delegado de clase con 12 años...
Hablando con amigos cuyos padres habían sufrido las represalias del franquismo todos coincidimos y podíamos explicar historias parecidas. Hay una generación marcada por todo eso, a la que la idea de remover el pasado les provoca terror, implica revivir cosas demasiado dolorosas.
A partir de la “Ley de memoria histórica” se trata de hacer una reparación de los represaliados, compensar a aquellos que sufrieron las consecuencias del franquismo. En principio parece que esto no debería de ser un problema, pero sí lo es. Para empezar, es imposible reparar lo hecho. Es como tratar de compensar a los indios americanos o como tratar de compensar el holocausto. El mal no se puede deshacer, sólo se puede reestablecer el honor, pero el honor no se come. Por otra parte la transición consistió en reformar el orden franquista sin deshacerlo. Condenar ahora el franquismo implica, en el mejor de los casos, destruir el mito de la transición, y en el peor, revivir las dos españas.
Ese es el argumento de los contrarios a la recuperación de la memoria. Vivimos encima de monstruos que es mejor no despertar. Está muy bien recordar que tu abuelo fue un héroe, pero no lo será tanto saber que el tuyo fue un villano. En realidad eso no habría de ser un problema. En las películas y en la religión siempre hay un determinismo, los pecados se heredan, el malo lo es por algo. Pero en el mundo real los hijos no heredan los pecados de sus padres. Por ello no hay que tratar de reconciliar a las dos españas. Ya estan muertas.
Sin embargo, nos queda el derecho a conocer el pasado. Está muy bien saber lo que pasó en Paracuellos, pero querría que alguien me dijera que pasó en el bando nacional y 40 años de franquismo, quien fue torturado por tener la mania de tener una opinión. La memoria, conocer nuestra historia, es un derecho. Yo quiero conocerla. No quiero que el miedo de la generación de mis padres perdure. La guerra ya terminó, y cambió para siempre España. No quiero que cambie, tan sólo quiero conocer.
Al final muchos de los males de España provienen de cosas ancestrales, atavismos. Absolutamente todo el mundo, incluso aquellos que van de modernos, están lastrados por ellos. Se creen mejores por lo que su abuelo hiciera o en el fondo se sienten culpables por haber heredado los pecados de sus padres. Los valores tradicionales siguen mandando en España, a pesar de los españoles.
Está bien que ahora algunos recuperen la historiografía franquista de la guerra civil. Preferiría sin embargo que recuperaran la palabra “rojo” como insulto o como tabú verbal. Me gustaría que recuperaran toda la propaganda del régimen y recordaran que se basaba en el orden, en la paz, en la salvación de España de su destino cainita. Como esa propaganda caló tan hondo en la mentalidad de nuestros padres es lo que querría conocer. Las humillaciones que tuvieron que soportar. No hay venganza, porque quien hizo la ofensa ha muerto. Pero olvidar es grantizar que las historia se repetirá.
Labels: dolor, guerra civil, negación
Reintroducción
Bueno, hace bastante tiempo que no escribía en este blog. La verdad, quería hablar de los problemas de Catalunya (escrito militantemente sin eñe) pero no daba para tanto. La sociedad catalana está esencialmente adocenada, desconectada del debate político, debate político que con la irrupción de Montilla ha quedado reducido a la nada, porque todo se hace puertas adentro. La verdad, se hechan de menos las ambiciones desmedidas así como las buenas intenciones de Maragall.
Los problemas reales para mí son esencialmente sociales, ligados al acceso a la vivienda, a la integración de los inmigrantes o a las escandalosas desigualdades sociales, por no hablar de problemas económicos evidentes como la baja productividad de un pais que ha decidido vivir por y para el turismo.
Los gobiernos hacen iniciativas en estos campos pero casi siempre ineficientes. El anuncio a bombo y platillo de medidas como la construcción de vivienda social o la investigación y desarrollo que salvarán al país siempre son simples declaraciones de intenciones que los hechos niegan. Por ejemplo :la asignación efectiva a las universidades publicas catalanas ha disminuido este año, por mas que los contratados cobren trienios, y el parque de vivienda pública es ínfimamente raquítico.
Encima, las pocas veces que la política catalana hace titulares es cuando se habla de problemas identitarios, que son el cuento de nunca acabar. Estaba bien cuando eso servía de excusa para pedir mas dinero en Madrid, pero ahora creo que ni tan siquiera eso sirve.
Por ello, en lugar de personalizar tanto, creo que me voy a dedicar un poco a hablar de lo que me venga en gana.
Mediatitis - El huracán mediático
De vez en cuando hay expresiones, frases hechas o muletillas que hacen fortuna. Las empezamos a usar todos sin darnos cuenta, pero buena parte de la culpa la tienen los medios. Hace algún tiempo se puso de moda decir que cualquier cosa (Las rebajas, la operación salida, las fans de Hombres G) era “Digna de un estudio sociológico”. Por este motivo, cualquier noticia “De interés humano” era susceptible de ser elevada a esa dignidad. Las muletillas y las frases hechas, como todo aquello que se pone de moda, suelen acabar decayendo. Esto no quiere decir que desaparezcan, sino que son reemplazadas por otras. ¿Ejemplo? La palabra “mediático”. Ahora los jugadores de fútbol famosos son mediáticos, así como Juan Pablo II o el 11-S. Esta yuxtaposición ya es un poco ridícula, pero el colmo lo oí ayer, en el telediario de un canal de cuyo nombre no quiero acordarme. “El huracán Katrina puede considerarse como mediático, dado que por suceder en los EEUU tiene una gran cobertura en los medios en todo el mundo”. En definitiva, el hecho de ser mediático es en si mismo una noticia. A su vez, el hecho de ser noticia es lo que confiere el estatus de mediático. Por lo tanto, la gente famosa por el simple hecho de ser famosa entra también dentro de la categoría “mediática”. Ejemplo: Ana Obregón, como Juan Pablo II o Beckham son mediáticos. No digo que la palabreja no quiera decir nada, sino que de tanto usarla o de usarla para cualquier cosa puede acabar perdiéndolo.
¿De dónde viene todo este abuso? De nuevo, esta es una pregunta demasiado ambiciosa. Sin embargo, creo que esta relacionada con otra frase repetida hasta la saciedad para hablar de cualquier cosa, Reagan, Juan Pablo II, etc. La frase dice “El medio es el mensaje”. Es una buena frase, aunque decididamente
oscura, de McLuhan. Por buena que sea esta frase se abusa de ella. Oímos a gente que , por el prestigio dado al medio sobre la información que parece desprenderse de esa frase, no para de decir que tal cosa o tal persona es mediática en vez de tal cosa es noticia o de tal persona es famosa o infame, etc.
Por cierto, un último apunte. El mediático (sí, aquí es la palabra que toca) FJL ya ha vuelto de vacaciones. Y sí,
estaba en Florida padeciendo los efectos del huracán mediatizado. Parece una simple coincidencia, pero uno no deja de preguntarse si hay alguna relación entre ambos fenómenos mediáticos... A lo mejor FJL es el hautor intelestuáh de Katrina...
Autodenigración III: Literatura y tradición
Volvamos a hablar de cosas divertidas. La autodenigración sistemática es un deporte muy español. Por lo menos desde el siglo XIX. Fijémonos en esos años del final de “La década ominosa”, las guerras carlistas, el final de la inquisición, la desamortización, la constatación del atraso peninsular tras la invasión francesa... Esos años fueron críticos para la formación de la idea de España contemporánea. Era en esa época que escribía Larra. En uno de sus artículos, titulado
“En Este País” Larra habla de aquellos que, para camuflar su mal trabajo, su desidia o simplemente como una muletilla no paran de hablar mal de España. (Por cierto, siempre me he preguntado si el título de este artículo está relacionado con una famosa cita del anterior presidente del gobierno español, el del bigote) Larra concluye diciendo que borremos para siempre esa expresión de desaliento y tratemos de ser activos para mejorar nuestro país. Pobre Larra.
En “Of Human Bondage” (
ver texto completo) de Somerset Maugham, me sorprendió encontrar la descripción de un escritor español que vivía en París en los años finales del siglo XIX. Este escritor quería seguir los pasos de Zola y había emigrado a París, con su pobre francés, para escribir en francés sobre París. El alter ego de Maugham le preguntaba por qué no escribía sobre España y el muchacho respondía algo así como “España está muerta, no hay escritores, no hay arte, no hay nada”. Esta es la mentalidad que aún anida en muchos españoles. El escritorzuelo muerto de hambre de París era prácticamente un arquetipo platónico del escritor español mediocre, que Maugham encontró por casualidad. Que quede claro que no me estoy metiendo con los apátridas, ahí esta Joseph Conrad, que era polaco y escribía en inglés, o incluso Kafka, que era checo y escribía en alemán, sino con aquellos que tratan de buscar fuera lo que no hayan en si mismos.
Claro que los escritores españoles buenos no eran mucho más positivos, miremos a los de la generación del 98. Escribían sobre su país, sí, pero no dudaban en hurgar en las heridas. Por cierto, tengo la sensación de que gente como Unamuno o Baroja no son suficientemente leídos en España. Después de todo leer es un placer y es mejor no torturarse tratando de cargar con el peso de la cultura y las desgracias de un pueblo... Otra cosa: No entiendo por qué en España no existe algo como “la Pléiade” en Francia. Los libros no son tan solo un continente de información sino que también son un fetiche (el que diga que no, miente) Me parece que no se cuida lo suficiente a las obras clásicas en castellano.
Hoy en día hay muchísimos escritores en España, y muchos de ellos dicen que la novela es un arte muerto, y a lo mejor tienen razón. Sin embargo, creo que la lección de Maugham sigue siendo válida. Creo que hemos de escribir sobre aquello que conocemos y ser conscientes de que formamos parte de una tradición, aunque no queramos. No hace falta llegar al extremo de d’Ors y decir que
“Lo que no es tradición es plagio”, esa es una postura demasiado conservadora, pero creo que para el ejercicio de cualquier arte hay que saber en que país se vive.
Autodenigración II: Nacionalismo
¿Por qué este proceso no es aplicable a Catalunya? Pocos catalanes he conocido que hablen mal de Catalunya. Cierto es que los catalanes estamos orgullosos de nuestra tierra, pero en buena medida compartimos los defectos que achacamos genéricamente a los españoles.
Sin embargo, la autodenigración también existe, aunque es de una naturaleza diferente. Muchos catalanes son conscientes de que viven en un
“país petit” y tratan de no molestar. Si les preguntan en catalán pero notan por el acento que no es catalán su interlocutor, responderán indefectiblemente en castellano (también está el extremo contrario, el de aquel que responde en catalán a todo hispanohablante, pero estos, aunque más visibles, son menos) Este complejo de inferioridad cultural se manifiesta de muchas maneras, aunque hay que reconocer que en los últimos años va menguando, sobre todo entre la gente joven.
Para mí es bueno que este complejo vaya desapareciendo, pero no entiendo por qué precisamente ahora. Esto cada vez tiene menos sentido. La política catalana es más patética ahora que hay mas autoafirmación que nunca. El hecho diferencial hoy en día tan sólo se reduce a la lengua, pero, insisto, hay más autoafirmación que nunca. Catalunya pierde peso económico, el coste de la vida es muy elevado, los chicos catalanes sacan los peores resultados en todos los tests, pero estamos muy orgullosos de ser catalanes.
Por descontado, la no autodenigración explícita de los catalanes proviene de su conciencia nacional y del sentimiento de que su patria está amenazada, lo cual nos insta a cerrar filas. Desearía que no fuera así, pero lo cierto es que la cultura catalana está amenazada, como sabe cualquier persona que conozca su situación.
Autodenigración I: Introducción
"Cuando, en el futuro, los catalanes vayamos por el mundo, nos invitarán en todas partes y no nos dejarán pagar."La cita es de Salvador Dalí (tal y como la recuerdo) Viene a cuento porque, ahora que he vuelto de vacaciones, quiero hablar un poco del comportamiento de los españoles y los catalanes en el extranjero, a modo de introducción para discutir un defecto muy español, aunque no esté en el diccionario.
En mi viaje a Berlín, ciudad inabarcable e impresionante por muchos motivos, mi compañero de viaje no paraba de denigrar a los españoles que veía, que si hablaban demasiado alto, que si solo decían tonterías, que si habían venido a divertirse y no miraban lo que tenían alrededor... Por descontado, este compañero tampoco paraba de denigrar a España con respecto a Alemania, sus servicios sociales, lo ordenados y respetuosos que son, su industriosidad, su ciencia, etc.
Desde mi punto de vista, la admiración de mi compañero por el pueblo alemán no carece de fundamento. Sin embargo, de ahí insultar a todo aquel que se cruza por la calle porque es español media un trecho, es una imbecilidad. La verdad, llegó un momento en que tanto insulto llegó a calentarme los cascos y me enfadé considerablemente. Además me desconcertó el hecho de que para él los catalanes eran otra cosa mejor, a pesar de que, efectivamente, en todos los lugares en los que he estado he oído gente hablar en catalán y no todos ellos hablaban de filosofía con voz melodiosa y bien templada.
Polonia es, en muchos sentidos, un país como España hace unos 20 o 30 años. Hay muchísima emigración, y los emigrados tienen actitudes diversas respecto a su patria. Tengo una amiga polaca que me explica historias de su país. Me dice que hay polacos que siempre están hablando del subdesarrollo de Polonia, de que no es un país civilizado, no hay futuro, todo está agotado, etc. Mi amiga me informa que sin embargo también existe el extremo contrario, polacos que detestan el lugar en el que están y no paran de quejarse de las costumbres locales, de la comida, de la mala educación, etc.
En el extranjero me he encontrado yo también con ambos tipos de españoles. Y, como mi amiga, creo que tanto unos como otros en realidad no hacen más que proyectar sus problemas personales sobre sus pueblos. El que se siente aislado reniega de quienes le rodean, en vez de tratar de integrarse. El que se siente inseguro culpa a su país de su inseguridad. Sin embargo, es un problema demasiado importante como para despacharlo con psicología de estar por casa.
Federico Jiménez-Losantos, verdades y mitos
Federico Jiménez-Losantos (FJL) es un locutor muy popular de la radiodifusión española. Su verbo fluido y su “gracejo”, por así llamarlo, ha conquistado los corazones de muchos españoles.
La pregunta que asalta otros tantos españoles al oír sus razonamientos especiosos y sus diatribas envenenadas, (sus “arengas fratricidas”, que decía Cercas) es ¿Cuál es el origen de todo ese odio y resentimiento?
Por descontado, yo no tengo la respuesta a esa pregunta. Las motivaciones de las personas son esencialmente individuales y difíciles de entender para los demás. En ese sentido FJL no es ninguna excepción.
FJL tiene una biografía política curiosísima. Maoísta arrepentido tras un viaje a la China, se convirtió al dogma liberal con el mismo entusiasmo. En Catalunya hizo campaña por los derechos de los castellanoparlantes, según él discriminados. Ya en 1979 publicó un libro titulado “Lo que queda de España”, publicado por Ajoblanco. 26 años más tarde el titulo del libro parece un poco ridículo, ¿no?.
Siguiendo por la senda del anticatalanismo, el catalán de origen aragonés FJL se presentó como candidato en 1980 por el PSA (Partido Socialista Andaluz) en las elecciones autonómicas. Pese a su entusiasmo, este intento de dividir a la sociedad catalana no cuajó.
En enero de 1981, el inquieto FJL publicará, junto con otros 2299 el
manifiesto de los 2300, a favor de la igualdad de derechos de los castellanoparlantes en Catalunya, en contra de todo intento de normalización de la lengua catalana.
Aquí arranca un capítulo oscuro de su biografía, de una influencia incierta en su personalidad. Pese a que su militancia así como sus ideas y sus manifiestos eran perfectamente legítimos hubo un intolerante que no lo entendió así. El 21 de Mayo de 1981 un miembro de Terra Lliure le raptó y le disparó un tiro en la pierna, “para que se acordase”. Aquí hay una foto de FJL tras recibir asistencia en el hospital publicada en “La Vanguardia” del 22-5-1981.
Tras este atentado, dada la escasa simpatía que despierta este hombre en Catalunya, corrieron multitud de bulos y rumores sobre el disparo, que si había sido una autolesión, que si era un ajuste de cuentas por una deuda de juego no saldada (
aquí aun hay quien se hace eco de ese bulo)
El origen de estos rumores hay que buscarlo en el hecho de que se tiende a simpatizar con las víctimas, como bien saben los principales partidos españoles que no dudan en manipularlas (desde aquí un saludo para el señor Alcaraz. ¿Crispa por deporte o cobra usted por ello?).
La única manera de superar la victimización de FJL para poder odiarle a gusto es negarle su condición de víctima. De ahí vienen todos esos rumores. Por si, pese a mi explicación, aún hay quien tiene dudas sobre la autoría del atentado, le recomiendo
esta página web que hace apología de Terra Lliure. Contiene por ejemplo esta “perla”:
El període entre 1981 i 1984 es pot considerar el de l´establiment de l´organització armada, on comença a incidir amb força en la política i la societat catalana, amb accions rellevants i que es guanyen les simpaties del poble com l´acció contra “El manifiesto de los 2300”.Tras el atentado él y otros firmantes del manifiesto abandonaron Catalunya. Federico vive desde 1981 en Madrid. Para ver más detalles de su biografía desde su trinchera ver
esta página. Para ver el punto de vista de otra trinchera, miren
aquí.
Bueno, ya es suficiente por hoy. FJL da para escribir varios libros. Su asimilación a la intelectualidad progre a finales de los 70, sus colaboraciones con el ahora tan odiado “El País”, su ideología basada en el resentimiento, su colaboración con Sánchez-Dragó y Pedro J. en Diario 16, el por qué gracias a tipejos como él cualquier debate sobre el castellano en Catalunya está envenenado de partida y una discusión de muchas otras cosas tendrán que esperar.
Off topic: El kiloGoogle
Ya estoy harto de reflexiones sesudas que no van a ningún sitio, así que voy a utilizar esta entrada para lo que sirven los blogs: difundir chorradas.
La última palabra imbécil que he encontrado en la web es
kiloGoogle, unidad de medida de las citas en google, equivalente a 1000 resultados. Es obviamente la obra de unos geeks aburridos...
Por otra parte me ha dado en qué pensar. Quizá el kGoogle sea la unidad de medida de la verdad. Por ejemplo:
"Bush is an idiot" equivale a 32 kGoogle
"Bush is smart" equivale a 3.55 kGoogle
Está claro que no hay color. Podemos buscar también cosas locales.
"Ha sido ETA" 4.68 kGoogle
"No ha sido ETA" 1.83 kGoogle
Evidentemente hay que restar 1.83 kGoogle al resultado de "Ha sido ETA" para poder comparar ambas cifras, pero aun y así queda claro que ha sido ETA. Se acabó la disputa, contra todo pronóstico el PP y Acebes tenían razón.
Podemos comparar tambien otras afirmaciones:
"Soy feliz" 78.5 kGoogle
"Estoy aburrido" 14.8 kGoogle
"No future for me" 5.05 kGoogle
"No future for you" 4.41 kGoogle
Y así hasta el infinito...
Los problemas de Catalunya, parte VI
Los intelectuales Voy a hablar un poco del
manifiesto que creó tanto revuelo no hace mucho en los medios catalanes. Tengo un chiste de La Vanguardia al respecto:
Este chiste es injusto, hay gente muy catalana y que quiere mucho a Catalunya con todos sus símbolos entre los firmantes. El señor Boadella, outsider consumado, es un buen ejemplo. Seguramente aciertan al decir que el castellano, por mas fuerza que tenga, se desconoce en Catalunya. Conoci una chica argentina que decía que aquí, al estudiar en una lengua y hablar en otra, acababamos no sabiendo ninguna de las dos, y hasta cierto punto tenía razón, conozco muy poca gente que escriba competentemente en las dos lenguas.
Tambien aciertan cuando dicen que el nacionalismo, o mejor, el victimismo se utiliza como pantalla para tapar los errrores del govern y los problemas reales de Catalunya. Llevo unos cuantos blogs hablando sobre el tema, en particular el artículo del blog anterior refleja de una manera concisa mi punto de vista.
Sin embargo se equivocan hablando del sectarismo de los medios oficiales y se equivocan también cuando dicen que no hay posibilidad de escapar del nacionalismo en el arco parlamentario. Para empezar, la política catalana tiene 2 dimensiones. Izquierda-Derecha (es broma... Mejor Moderado-Reaccionario) y Nacionalista-No nacionalista. En Euskadi no hay esa posibilidad de elección, hay dos frentes. Sin embargo en Catalunya todos los partidos quieren gobernar, por lo que todos adoptan posturas nacionalistas, que despues de todo es el sentimiento mayoritario y tratan todos de hacer la rosca al electorado castellanoparlante, porque después de todo no se pueden ganar elecciones sin él.
Unas palabras sobre el señor Boadella. Creo que es una persona seria, y me cae bien, pero en su actitud de provocador oficial ha perdido el rumbo en algún momento. Se equivoca al hablar de la esquizofrenia como un hecho característico catalán. Puede que lo sea, pero tiene que entender que la suya como postura de amor a la patria no es generalizable. Es como la fe de Unamuno, es algo demasiado personal. Por seguir con la analogía de la fé el nacionalismo que se estila es el “nacionalismo del carbonero”, el del o estás conmigo o estás contra mí, y su punto de vista, como el mío, no tiene esperanza.
O puede que sí. Reproduzco aquí un artículo de Manuel Trallero en La Vanguardia. Coincido en casi todo lo que dice, pero no me gusta que no se moje diciendo cómo y por qué le molesta el manifiesto.
Linchamiento en Catalunya
MANUEL TRALLERO - 13/06/2005
No he firmado, ni pienso hacerlo, el manifiesto en el que unos intelectuales catalanes reclaman la creación de un partido español en Catalunya, porque estoy en casi completo desacuerdo con todo lo que dicen, como lo estuve con el Fòrum Babel o lo estoy con ¡Basta Ya! O con Convivencia Cívica Catalana. Pero, dicho esto, me parece tan legítimo defender que Catalunya es una región más de España, como propugnar la separación de la misma y su independencia como Estado libre. Es tan lícito ser españolista, como ser catalanista, nacionalista o independentista. Lo que ya no es de recibo es el acoso mediático a que se ha sometido a los promotores de la idea, a base de descalificaciones personales como las llevadas a cabo por el señor Bargalló o poniendo sorna a su condición de intelectuales o de algún líder de ERC tildándoles de pijos -por lo visto Maragall o Nadal proceden de la clase obrera y del pueblo llano- o del propio presidente de la Generalitat, quien les calificó de "caballos de Troya", es decir, traidores.
Se les ha demonizado tildándoles de "lerrouxistas", un fenómeno político de hace casi cien años, y que guarda tanta relación como un huevo con una castaña, o de seguidores de Jiménez Losantos, alguien que me repatea vivamente los higadillos cada vez que le escucho, pero de quien nadie por lo visto recuerda que unos supuestos patriotas catalanes le pegaron dos tiros. Incluso se ha querido ver un precedente en el manifiesto que éste y Amando de Miguel encabezaron años atrás, dos individuos que no eran catalanes como los de ahora, donde los hay con obra escrita en catalán. Se han llegado a buscar explicaciones en las posiciones franquistas de los padres de alguno e incluso, está escrito en la prensa, en la cara de uno de los promotores durante una entrevista televisiva.Un argumento antropomórfico realmente espeluznante.
Es decir, que en Catalunya la disidencia es vista como una anomalía, a la que hay que buscarle explicaciones fuera del terreno de las propias ideas. No puede ser que alguien piense distinto, como piensa la mayoría, requiere una explicación y en ocasiones se recurre a la psicología y se habla del autoodio. En Catalunya vivimos bajo el síndromed e la Assemblea de Catalunya, los de dentro son los buenos, los de fuera los enemigos. En Catalunya vamos cogidos de la mano y nos pasamos el porrón, siempre los mismos, los buenos catalanes. Puro maniqueísmo.
Estamos haciendo con ellos el mismo linchamiento moral que hizo la prensa madrileña con Carod-Rovira, tras su entrevista con ETA, y colocándonos a su mismo nivel, exactamente igual.
Los problemas de Catalunya, parte V
Hoy, finalmente, para aquellos de entre mis inexistentes lectores que se preguntan cuáles son los problemas de Catalunya según mi modesta opinión, o que se preguntan si todo eso no será nada más que un gancho o una digresión shandiana, voy a dar mi opinión. Bueno, la mía no, la de una persona diferente, pero con la que coincido plenamente.
TRIBUNA: VICENÇ NAVARRO
Clases sociales en Cataluña Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas en la Universidad Pompeu Fabra.
EL PAÍS - 02-01-2005
Nuestra estructura social muestra no sólo que continúa habiendo clases sociales, sino que estas categorías son fundamentales para el análisis
Una de las situaciones que me ha sorprendido más cuando me he reintegrado a Cataluña y España después de vivir en el extranjero durante muchos años ha sido la falta de ciertos términos y conceptos en sus culturas políticas y mediáticas. Términos tales como burguesía, pequeña burguesía o clase trabajadora, por ejemplo, apenas se utilizan en aquellas culturas dando la impresión de que las clases sociales han dejado de existir en este país. Sólo aparecen cuando se define a las sociedades catalanas o españolas como sociedades de clases medias en las que la gran mayoría de la ciudadanía es o se considera de clase media. En apoyo a esta interpretación de la estructura social catalana o española se muestran encuestas que señalan que la mayoría de los catalanes y españoles se definen como de clase media. Tal interpretación de nuestra estructura social, sin embargo, es errónea. Un análisis riguroso de la estructura social española muestra no sólo que continúan habiendo clases sociales (burguesía, pequeña burguesía, clase media y clase trabajadora), sino que estas categorías analíticas son las más importantes para entender dimensiones muy importantes del país. En realidad, las encuestas que indican que la mayoría de la ciudadanía se autodefine como de clase media, se basan en una pregunta en la que se le dice a la ciudadanía: "¿Es usted clase alta, media o baja?", lo cual invita a que la mayoría se defina de clase media. El término clase baja es insultante, y origina un rechazo en la mayoría de personas que responden tal pregunta. Sin embargo, cuando a la ciudadanía se le pregunta utilizando aquellos términos de clase social, la mayoría se define como perteneciente a la clase trabajadora (en realidad, el 70% de la población de la región metropolitana de Barcelona es clase trabajadora, según la Encuesta Metropolitana de Barcelona).
En Cataluña, entre el 30% y el 35% de renta superior del país (burguesía, pequeña burguesía y clase media profesional de renta alta) tiene un enorme poder para configurar la cultura mediática y política del país y su sabiduría convencional (incluyendo, por cierto, esta visión de que somos una sociedad de clases medias). Debido en gran parte a la enorme influencia de estos sectores, los temas identitarios absorben un gran espacio mediático y político. Casi toda la realidad es vista y evaluada bajo el prisma identitario. Desde la Constitución europea (cuya bondad se evalúa casi exclusivamente en el reconocimiento o no del catalán) hasta el considerable subdesarrollo del Estado de bienestar (que se explica exclusivamente por la existencia del déficit fiscal con España), casi todo se analiza de acuerdo con el criterio nacionalista (llámese éste como se llame). El último ejemplo de ello ha sido la enorme atención mediática que ha tenido la no aprobación del equipo catalán de hockey por la Federación Internacional de este deporte.
Contrasta esta atención con el silencio o escasa atención mediática de otros dos hechos que se han documentado estos días coincidiendo con el caso hockey. El primero fue un informe de la Agencia de Salud Pública de Barcelona que documentó que un burgués en Cataluña tiene, como promedio, una esperanza de vida 10 años mayor que la de un trabajador no cualificado en paro, siendo ésta una de las mortalidades diferenciales por clase social más altas de la Unión Europea de los Quince. Ningún medio de información cubrió esta noticia y no fue tema de ningún debate o tertulia. Este silencio parecería indicar que lo único que le preocupa a la ideología dominante del país es saber si los certificados de defunción están escritos o no en catalán. Por lo demás, no hay noticia.
Otro ejemplo. La OCDE acaba de publicar su Informe PISA sobre conocimiento educativo comparado, en el que se confirma lo que algunos hemos señalado insistentemente (con muy escasa visibilidad mediática) de que Cataluña y el resto de España están a la cola de la UE en su Estado de bienestar, incluyendo su educación. De acuerdo con tal informe, en matemáticas, comprensión de lectura y otras dimensiones del quehacer educativo estamos muy por detrás del resto de la UE de los Quince. Una causa mayor es que entre el 30% y el 35% de la población de Cataluña de renta alta envía a sus hijos a las escuelas privadas, mientras que sectores de la clase trabajadora y otros componentes de las clases populares envían a sus hijos a las escuelas públicas. Las primeras reciben los subsidios públicos más altos de España, mientras que las escuelas públicas tienen uno de los gastos públicos por alumno más bajos del país. De ahí que, como han señalado bien los profesores Jorge Calero y Oriol Escardíbul, Cataluña es una de las comunidades autónomas en las que hay una relación más directa entre mayor renta de los padres y mayor posibilidad de ir a la Universidad. El Informe PISA también confirma que tanto Cataluña como el resto de España están entre las zonas en las que la clase social de los padres condiciona en mayor grado el nivel educativo de los estudiantes. El coste de esta polarización educativa por clase social no favorece a ninguna clase social, pues determina y reproduce un bajo gasto público y un bajo nivel educativo tanto en Cataluña como en el resto de España. Como también indica el Informe PISA, el gasto público educativo condiciona en gran manera el nivel educativo de un país. Cataluña, por cierto, tiene una puntuación ligeramente menos mala que el resto de España debido a la variabilidad estadística como resultado del muestreo, y no corresponde, como se ha informado erróneamente, a la superioridad de su sistema educativo.
En realidad, el gasto público por alumno es menor en Cataluña que en el resto de España, realidad que el nuevo Gobierno catalán está intentando cambiar, aun cuando los medios públicos de la Generalitat (aún sumergidos en el ideario nacionalista) apenas han dado visibilidad a este hecho.
Los problemas de Catalunya, Parte IV
Bueno, mientras reuno información sobre los problemas reales de Catalunya voy a hablar de un personaje:
Josep PiquéVi a Josep Piqué el otro día por la tele, le hacía una entrevista un tipo de estos que fichan por “enrollao” en Localia. Piqué me dio una impresión bastante triste, la de un hombre aislado, que no sabe ni lo que dice ni lo que hace.
Ejemplo: Refiriéndose a la manifestación de Salamanca dijo “Tant se m’en fot!”. Traducción libre para los no versados en lenguas íntimas: “¡Me la suda!”. No le quedó bien. No me cabe duda de que el señor Piqué es un ser humano y dice palabrotas en ambientes distendidos, pero no le quedó bien. Además, no es honesto. Lo honesto en su caso era decir que estaba en contra de esa manifestación ridícula. Por poco importante que sea el tema no puede pretender estar por encima de la situación, sobretodo cuando pertenece a un partido que tiene una postura muy definida.
Sin embargo, dijo algo con lo que estoy casi de acuerdo. Dijo que ni el estatut ni el autogobierno ni los papeles de Salamanca son problemas reales para los catalanes. Y citó como problemas reales que preocupan a los catalanes el trabajo y la vivienda.
A mí esos dos ejemplos me preocupan desde luego bastante más que los papeles de Salamanca, pero hay más problemas.
Entre ellos está el señor Piqué, un ejemplo claro de persona inteligente y deshonesta. Militante del PSUC en su juventud (luego arrepentido), procesado (o intentado procesar)por el caso Ercros, denunciado por de la Rosa, vive en una humilde casita de alquiler en Pedralbes. Por cierto, la casa pertenece a su mujer, el le paga el alquiler, para poder desgravarlo.
Es cierto que es dificil ser del PP aquí, enseguida topa uno con reacciones viscerales llenas de odio de grupos de jovencitos autodenominados “antifeixistes”, pero eso no le confiere ninguna autoridad moral al señor Piqué como para rasgarse las vestiduras ante el pasteleo del 3%.
Bueno, en la siguiente entrada hablaré de problemas más concretos y daré datos objetivos, para que nadie se queje.
Los problemas de Catalunya, parte III
¿Es necesario más autogobierno para Catalunya? Es dificil de decir. La respuesta correcta es sí y no, es decir, sí... Puede. Por un lado está claro que, por más autogobierno y cosas simbólicas que se concedan, sin financiación no hay una verdadera no ya independencia sino autonomía. De hecho, el modelo actual incita al derroche. Al no ser directamente responsable del dinero recaudado las autonomías tienden a hinchar su déficit para obtender más dinero del estado, por un lado, y por otro nadie es responsable. Si el estado diera poco, acusaría a las autonomías de derrochadoras. Y si las autonomías derrochan, acusarán al gobierno de negarles el pan.
¿Como se soluciona esto? Con autonomía fiscal plena. Cada comunidad que quiera aceptar esa responsabilidad recaudará lo suyo y luego un sistema transparente de solidaridad hará el resto. Es un sistema complicado pero que podría funcionar, mejor sin duda que el sistema actual.
Vale, sí. Pero esto es descentralización de libro, mejoras administrativas y poco más. No es así como se vende el nou estatut, por ejemplo, sino como un nuevo impulso en el desarrollo nacional...
Esto nos devuelve a la pregunta eterna... ¿Qué país queremos? El pais que quiero yo y el de mi vecino de al lado no se parecen, no hablemos ya de lo que opina un jovencito de Tremp o un abuelo de Santa Coloma de Farners... Son paises diferentes porque cada uno de nosotros tiene identidades distintas.
¡Acabáramos! ¡Pero si todo es un problema de identidad!... Si, pero no es nada facil lo de la identidad, va ligada a la cultura, y el blog anterior ya he explicado que la cultura catalana existe.
El único texto con el que me he sentido plenamente identificado es “Les Identités Meurtrières” de Amin Maalouf, el famoso escritor. Maalouf es un exiliado libanés que ha vivido muchos años en Francia. Cuando le preguntan si se considera francés o libanes responde, indefectiblemente, “Las dos cosas”. Por descontado le insisten, le preguntan, le dicen que sin duda será mas de un lugar que del otro. El dice: “No, mi identidad se basa en ser a la vez francés y libanés”.
Parece una solución unamuniana, atar una mosca por el rabo, enamorarse de una condradicción, etc. Pero yo, personalmente, no podría sentirme mas identificado. “No, mire usted. Yo soy español y catalán” No digo que aquel que vive en Catalunya tenga que sentirse español, ni mucho menos. Eso sería una tontería. ¡Qué le importa la cultura española, siempre vista como una imposición, al jovencito de Tremp! Y a la inversa, también hay mucha gente en Catalunya que siente exclusivamente la nación española, que existe como tal tras el vaciamiento de Castilla de contenido. Sin embargo mi caso es especial, aunque no tanto en Catalunya. Mi madre nació en Castilla, y yo tengo una querencia por esa tierra, aunque en esa tierra no me quieran a mi... (Es mi destino, el amor no correspondido...). Pero he nacido y he crecido en esta tierra, y eso me hace quererla también.
Se que no mucha gente me creerá, pero soy totalmente honesto. Si les estoy diciendo una mentira tengan la seguridad de que yo la creo real.
Conclusión: Catalunya, administrativamente, necesita más autogobierno. Simbólicamente, puede que también, pero entendiendo que una nación cultural no es lo mismo que una división administrativa. La cultura catalana se extiende fuera de Catalunya, pero la cultura española también existe en Catalunya.
En cualquier caso es tan solo el aspecto político de l’estatut el que se plantea como un caballo de batalla... No se pierdan la continuación. ¿Por qué no son estos problemas importantes para mí?
Los problemas de Catalunya, parte II
Bueno, estábamos con que las chicas no me hacen caso y por eso hago blogs, ¿no? En fin, no. Estábamos por “la subordinación cultural a la cultura castellana”. Anteayer me perdí hablando de esencias y cosas de esas. En realidad éste es un tema peliagudo, pero no tanto. Mi tésis es que no es importante la subordinación a la cultura castellana, porque el hecho diferencial no alcanza más que a la lengua. No siempre ha sido así.
Históricamente es cierto que el hecho diferencial catalán existía en más de un sentido, en Catalunya había una sociedad civil muy activa, como decía d’Ors (vaya personaje), a diferencia de la España interior. Incluso Larra lo reconoce, en sus tiempos, hablando de ciudades con clase media, como Barcelona o Cádiz (sin duda, por el comercio con las indias) a diferencia de Madrid.
Pero los tiempos del poblachón manchego lleno de subsecretarios, que diría Cela, (o de la ciudad de más de un millón de cadáveres, ya puestos...) hace tiempo que pasaron a la historia. Barcelona hace tiempo que dejó de ser la capital económica, a favor de Madrid. Por eso, no hay un hecho diferencial real en Catalunya más allá de la lengua. Hace tiempo que hay una sociedad civil activa en el resto de España (y si no, miren las manifestaciones del PP... Es broma). Ahora llegamos al meollo. La cultura catalana en catalán se tiene que preservar, porque es singular y propia nuestra. Si, pero ¿De qué manera nos podemos desembrazar del “yugo” cultural castellano? ¿A costa de qué? Catalunya tiene ahora capacidad normativa como para hacer una ley de exclusividad del catalán à la Quebecoise... ¿Qué ganaríamos con ella? Dónde está el límite? ¿No nos estaríamos perjudicando, atacando, o no ayudando, la cultura catalana que no está en catalán, que por lo tanto es indistinguible de la castellana? (como este triste blog de un servidor de ustedes)
Bueno, he estado haciendo trampa. He dicho que el hecho diferencial se limita a la lengua. ¡Como si fuera poco! El conocimiento de una lengua conlleva el de una literatura, y una literatura específica es un elemento conformador de una cultura diferenciada. Sin embargo, pese a creer que es necesario ayudar con discriminación positiva si es necesario el catalán, para mantenerlo como la lengua de cultura que sigue siendo hoy en día, no creo que tratar la catalana como una excepción cultural sea honesto. La cultura catalana no tiene la envergadura de la castellana ni de la francesa y hoy en día hay quien se plantea si uno puede seguir hablando de la excepción cultural francesa, pese a haber dominado esta cultura todas las otras a lo largo de muchos años.
Escribir en catalán no es limitarse, yo leo libros en catalán y es una lengua que quiero y en la que hablo mas de un 50% del tiempo, aunque no la hablaran conmigo mis padres. Limitarse es no querer conocer el catalan o el castellano, o ningunearlo jactandose de su desconocimiento, como cuando uno dice ¡Es que las matematicas nunca se me han dado bien!... Por suerte esta es una actitud que si existe es muy minoritaria, no creo que nadie se enorgullezca de su incultura (aunque la gente lo haga normalmente con las matemáticas).
Para acabar esta perorata, un poco de alarmismo. Ahora, al cabo de los años, en Catalunya hemos alcanzado una cosa complicadísima, que es un cierto equilibrio. Por favor, no nos lo carguemos. Tratemos de amar a la Catalunya real, y no a la de nuestros sueños. Y a la inversa, para todos aquellos que se rien de nosotros (si, de
nosotros ) que se miren en el espejo. Que traten de ponerse en el lugar de un niño cuyos padres y amigos hablan en catalán al que se le impone de facto el castellano para desenvolverse con normalidad en sociedad.
Otra vez me he vuelto a alargar demasiado. Pero bueno, quería enfatizar que la cultura catalana es algo bastante grande, amplio y complejo como para estar subordinado u amenazado. Si está amenazada lo está como cualquier otra cultura no anglosajona.
En el blog siguiente hablaré del autogobierno. Y puede que de identidad... Los problemas de verdad los dejaré para otro blog... Catalunya tiene muchos problemas, me parece...
Los problemas de Catalunya, parte I
Los problemas de Catalunya són, por éste orden:
- Los papeles de Salamanca.
- La subordinación cultural a la cultura castellana.
- El autogobierno insuficiente
Bueno, supongo que el lector más inteligente ya se habrá dado cuenta de que no creo lo que escribo. Pero es muy difícil proponer una lista de problemas, les emplazo a que me den una alternativa. Por ejemplo, para mi el problema más grande de Catalunya es que las chicas no me hacen caso de la manera que yo querría, lo cual explica todo este tiempo perdido escribiendo artículos que nadie va a leer. Pero no perdamos el problema de vista. Dejando de lado los motivos que me convierten en un pobrecito infeliz, suceden más cosas en Catalunya.
En este primer blog dedicado a los problemas de Catalunya me gustaría analizar un poco la lista de problemas. Dejo para el siguiente blog la lista . Del primero ya he hablado largamente, los papeles de Salamanca. Sin embargo, pese a creer que el lugar de los papeles es el que he dicho, no he hablado de porqué, en realidad, no es tan grave.
No es tan importante porque los papeles de Salamanca no nos afectan en absoluto. Así de fácil. Podemos hablar de dignidad, de memoria y de un montón de cosas más, podemos tener razón, pero en realidad esas son palabras vacías y carentes de significado para un jovencito que se levanta cada día a las 7 para ocupar su sitio en un trabajo sin futuro. Quiero decir que es algo molesto, pero no más molesto que el Barça no gane la liga. Forma parte de la misma categoría de sentimientos, y con la misma trascendencia para nuestra vida diaria.
Ahora pasamos al segundo problema: “La subordinación cultural a la cultura castellana”. La redundancia es para explicitar el hecho cultural, y separarlo del político. Esto es cierto, es una preocupación de mucha gente, el empobrecimiento alarmante de la lengua catalana, el fallo del proceso “academicista” de mantenerla limpia de arriba abajo... Esto se da un poco en todas las lenguas, pero su salud hace que nadie se plantee su desaparición... Sin embargo, en Catalunya el castellano es muy fuerte. Uno puede hacer su vida diaria en castellano pero en general no en catalán, sobretodo en Barcelona. Esto hace que mucha gente, de lengua materna catalana, se sienta discriminada. De ahí medidas como la inmersión lingüística, u otras medidas de “Discriminación positiva”.
Buff, me estoy alargando demasiado. Creo que hará falta otra parte.